Hoy quiero
agradecerte
que estuvieras
a mi lado,
en los buenos,
y sobre todo,
en los momentos
malos.
Que me hayas
ayudado
a gritar
muy bajito,
a susurrar a voces
a soñar profundo,
a quererlo todo,
a descubrir
que hay mundos
más reales
que éste.
Que me empujaras
a no sentir
más miedo
que el que
me permito,
a expulsar
mis demonios,
a luchar por mí
y a no rendirme
ni ante la evidencia.
Gracias, poesía
cirugía del alma.
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