¿Quién
no deseó
no deseó
ser, alguna vez,
parte de un
verso?.
Yo,
apenas tengo
oficio
pero te abriría
sin pensarlo
las puertas
a llanuras
vírgenes de rima
o a selvas
tan exuberantes
de las que solo
escaparías
abrazando
escaparías
abrazando
un punto
de locura.
Te lo daría
todo
todo
para acariciarte
el alma,
el alma,
para que te
sintieras
protagonista
de tu propia
historia
y, entre líneas,
te amaras
sobre todas las
cosas.
Todos
deberíamos
ser verso,
de vez en
cuando.
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