jueves, 6 de septiembre de 2018

ANIDAR

Agarro
una idea
y le doy vueltas
hasta que me supera.
La meto
en mi cabeza
y logro que anide
en cada pliegue
de cada surco
de mi cerebro.
La convierto
en mi meta,
mi fin,
mi último
anhelo…
El mundo

se desvanece
y no existe
nada alrededor,
ni tan siquiera
tú.
Y no importa
que un día,
tal como vino,
me abandone.
Otras muchas 

escondo
con las que
poder
obsesionarme.


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