jueves, 6 de septiembre de 2018

BATAS BLANCAS

Al mirarme 
en el espejo
me echo 
de menos.

Apenas reconozco
a esa sombra 
que lleva mi cara
y que observa,
desesperada,
como el retrete 
se traga parte 
de su presente
e hipoteca
todo su futuro.

Es amargo
sentir 
que los pasillos 
de un hospital
se han convertido 
en tu hogar
y que has terminado
llamando amigos 
a esos seres
de la bata blanca,
pero quiero 
agradecer
que cuando
todo se derrumbaba
a mí alrededor
vosotros fuisteis
los que se empeñaron
en tejer los hilos
que terminaron
por atarme a la vida.

Hoy saboreo
cada bocanada de aire
como si fuera la última
porque el instante siguiente
no está asegurado

para nadie.

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